La agricultura, en auge en Grecia por la crisis
ATENAS. - Estuvo dos años
y medio buscando trabajo, se hundió en la depresión y después se fue de
Atenas... al campo. Georgios Pittas, de 47 años, exempresario y exadministrador
delegado de una multinacional, cuenta su historia con un hilo de voz. Se le
quiebra, a ratos. Pero ya tomó la decisión y no quiere mirar hacia atrás.
Su vida de antes es letra muerta, muertísima. "Ahora vivo en Samos (una pequeña isla griega
muy próxima a Turquía) y cultivo papas, zanahorias, tomates. Justo antes de
irme había conseguido un trabajo, pero me daban mil euros y no me alcanzaba ni
para pagar los gastos de la casa, así que la vendí", explica.
"Me fui hace dos
meses de Atenas y no he vuelto hasta ahora, no creo que lo haré por un rato largo. Soy uno de los tantos que están migrando hacia zonas rurales ", añade.
En verdad, tiene razón.
La crisis en Grecia se está cobrando también este fenómeno: los griegos están
regresando a sus lugares nativos, en contratendencia con las olas migratorias
de los campos (y de las islas) a las ciudades que se produjeron en la segunda década
de milnovecientos y que alimentaron, por ejemplo, la descontrolada expansión de
Atenas.
Con ello, a despecho de
la crisis en la que está hundida Grecia, el número de los trabajadores en este
sector ha aumentado de 32.000 personas entre 2008 y 2010, según datos de la
Confederación Panhelénica de Uniones de Cooperativas Agrícolas (CPUCA).
"La mayoría de
estas personas tienen entre 45 y 65 años de edad", explicó recientemente
en una entrevista a un diario internacional Yannis Tsiforos, el director de la
organización.
En paralelo, según una
encuentra del Ministerio de Desarrollo Rural de Grecia, 400 mil habitantes de
Atenas y Salonika, la segunda ciudad más grande del país, están en proceso de
dejar las urbes para instalarse en las zonas rurales.
La renovada vitalidad
del campo está asimismo dando lugar a iniciativas paralelas, como el llamado
movimiento de las papas, cuyo principio inspirador es vender productos básicos
directamente del productor al consumidor, lo que reduce hasta del 65 por ciento
el precio final del producto.
Al proyecto, en el que
también colaboran oenegés y la Iglesia ortodoxa (la confesión de la mayoría de
los griegos), han adherido numerosos ayuntamientos de Atenas y de Salonika, los
cuales desde en febrero pasado actúan cada vez más en la organización de
mercados de barrio.
Los atomizados partidos
griegos, por su parte, van en la misma dirección. Ven la agricultura como un
sector en el que hay que invertir, ya que hoy sólo supone el 3 por ciento del
PIB del país, a pesar del enorme potencial de Grecia por su excelente ubicación
geográfica.
Por lo pronto, el
Ministerio de Desarrollo Rural ha alquilado ya 2 mil 176 terrenos a 50 euros
anuales la hectárea y la demanda ha superado la oferta, mientras que la
Universidad de Salonika ha planificado un proyecto similar por el cual ya
recibió 4 mil.
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