Grecia y Bruselas, la comunicación (im) posible
Imagen tomada en Internet |
ATENAS. - "¿Qué les pasa a los
griegos?, se preguntan en Europa. "¿Por qué no dejar que se hundan?",
suelta la cadena de televisión estadounidense CNN. "Acrópolis adiós. Porque Grecia tiene que salir ya de la Unión Europa", abre en portada el
semanario alemán Der Spiegel.
A una semana de distancia de las elecciones
legislativas del pasado domingo, la imposibilidad de formar Gobierno en Grecia,
donde de las urnas ha salido una fragmentación parlamentaria jamás vivida en
este país desde el fin de la dictadura de los coroneles en 1974, la amenaza de
que si el país no cumple con sus compromisos internacionales se tiene que ir de
la Unión Europea (UE) está creciendo como la espuma, fermentándose en Bruselas y
con destino final Atenas.
"(Una salida del euro) no está
contemplada en la legislación, en los tratados, pero pueden suceder cosas
impensadas en los tratados", dijo el sábado Patrick Honohan, jefe del
banco central de Irlanda y miembro de la junta de gobierno del Banco Central
Europeo (BCE). Declaraciones así se han sucedido y han subido de tono en la última semana.
Sin embargo, un amplio número de griegos -
los que optaron por no votar a favor del socialdemocrátas del Pasok y de los
conservadores de Nueva Democracia (ND) en los comicios del pasado 4 de mayo-
creen que el mensaje que NO llega es que que Grecia no quiere salir del Euro,
ni mucho menos abandonar la Unión (el 70%), pero sí se ha vacunado contra las
amenazas.
"En nuestro país, no sólo hubo una
estrategia puesta en marcha para aplicar las draconianas medidas de austeridad
que han hecho subir todos los índices de pobreza del país. Una de ella fue la
del miedo: nos amenazaron con echarnos de la UE. La otra partió de un prejuicio
difamador que fue difundido internacionalmente: los griegos son vagos, no les
gusta trabajar (o sea el contrario de lo que dice este informe)", me explicaba recientemente la periodista Sofia Aravopulu.
Y no es que no se den cuenta de que Grecia
fue atacada porque administró mal al Estado, vivió por encima de sus
posibilidades y no desarrolló una estructura económica lo suficientemente
fuerte para integrarse en el mercado global (aunque, por ejemplo, el sector público en Francia equivale al 57% del PIB, en Grecia al 40%).
Sino que, enfundados en algo de
nacionalismo, los griegos no aceptan que se les exija todo y ya. Más aún que
hay sospechas sobre la cura impuesta por la UE: la economía griega está en su
cuarto año de recesión, aún la UE no les ha pagado el último tramo del primer
préstamo y hay economistas que opinan que la quita es un fraude. Y todo eso sin
hablar de la situación de los bancos.
"Tenemos pocas esperanzas pero, quizás, algún día, el mensaje llegará", dice Sofía.
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