El topo de Benedicto XVI
EL VATICANO.- Por seis
largos años, rodeado por los dos secretarios del Papa y las cinco monjas que
viven en el Palacio Apostólico, el mayordomo
Paolo G., atendió todas las necesidades
de Benedicto XVI, pasando horas al lado
de uno de los hombres más poderosos de la Tierra y sabiendo sus secretos.
Desde esta posición de
privilegio, este hombre de 42 años, con tres hijos y fama de discreto y fiel, tuvo acceso y reveló, según las
investigaciones de las autoridades vaticanas hechas públicas el viernes 25 de
mayo, las intimidades y los documentos más inaccesibles del Papa, convirtiéndose
así en protagonista de la mayor filtración de documentos de la historia de la
Iglesia, el caso conocido como "Vatileaks".
A un mes de que El Vaticano
ordenara descubrir quién filtraba documentos a varios periodistas, los agentes
de la Gendarmería Vaticana identificaron, interrogaron y luego detuvieron al
presunto topo. La evidencia más importante son documentos privados del Vaticano encontrados en su departamento de
Roma.
Si se confirman las
acusaciones, G. enfrenta hasta 30 años
de cárcel, ya que la filtración de documentos privados de un Pontífice
equivale a un atentado contra la seguridad del Estado.
"Las investigaciones
continúan. Él (el mayordomo) será formalmente encausado y habrá juicio. Pero
ésto no se termina aquí, porque la Secretaria de Estado cree que los topos son
más de uno", explicó recientemente el vaticanista Marco Ansaldo.
"Dentro del Vaticano ya
se habla de que están siendo investigadas otras personas y que pronto serán
arrestadas", agregó.
"La investigación de la
Gendarmería Vaticana permitió la identificación de una persona que posee
documentos reservados", confirmó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
"Esta persona se
encuentra ahora a disposición de la magistratura vaticana para mayores
averiguaciones", puntualizó Lombardi, todavía sin reconocer oficialmente
la identidad del detenido ni explicar qué intereses o qué recompensa lo
movieron.
La noticia llegó tras meses de filtraciones de cartas,
textos y documentos reservados del Vaticano y del propio Papa, algunos de
los cuales terminaron en las manos del periodista italiano Gianluigi Nuzzi, quien acaba de publicar un libro con dicha
información confidencial.
El Vaticano salió así al
paso de un escándalo que en abril había exigido la conformación de tres comisiones de investigación, una
de ellas presidida por el Cardenal español Julián Herranz.
En los documentos se da
cuenta de una guerra interna por la
sucesión del Papa y de una oscura trama de corrupción en el seno de la
Administración del Estado vaticano.
También se difundió la
versión que apuntaba a que el Papa
moriría este año y otros textos en los que se sostenía que ya en 2003, El
Vaticano supo de los abusos de Marcial Maciel, fundador de la congregación
mexicana de los Legionarios de Cristo, y no hizo nada.
Entre los más afectados por
el caso estuvo el Cardenal Tarcisio Bertone,
fiel de Benedicto y Secretario de Estado de la Santa Sede, quien fue acusado de
tener poca experiencia diplomática y de
una mala gestión del aparato y las finanzas vaticanas.
En cualquier caso, hay algo
que es indudable, así como destacan los vaticanistas: lo que está ocurriendo en
una verdadera lucha de poder dentro del Vaticano. Y aún no se descubrió quién
está detrás.
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