Recortes efímeros




ROMA. - Todo indica que el último ajuste económico del Gobierno conservador de Silvio Berlusconi tiene cierta componente populista. Una prueba son los aireados recortes a la clase política italiana, argumento que en años pasados ha sido objeto de cierta indignación popular (véase el libro bestseller La Casta) y que suele ser objeto de encendidas tertulias y enfrentamientos entre los italianos.
Un ejemplo. El ministro de Economía, Giulio Tremonti, ha dispuesto que de ahora en adelante a los parlamentarios solo se le permitirá viajar gratis en clase económica. Pero, considerado que ya desde tiempo las compañías aéreas italianas han suprimido la primera clase en los vuelos nacionales (y que estos son los únicos gratuitos para los parlamentarios), ¿cuál es aquí el dinero que se ahorra el Estado italiano?

Es la última pregunta que se ha hecho Spider Truman, el cyberjusticiero que desde semanas asecha a sus Señorías, revelando los sin límites privilegios de los cuales gozan.
"Han cortado un gasto que no existe", ironizó Gianfranco Mascia, portavoz del Pueblo Violeta, un colectivo que comparte puntos en común con los indignados españoles.
"Leyes como esta engañan a los ciudadanos y mantienen los privilegios de la clase política", agregó Mascia.
El caso no es superfluo. Pues la posibilidad de viajar gratis en aviones y trenes en toda Italia, derecho que se le da también a cualquier ex parlamentario y del cual indirectamente gozan incluso la familia y los amigos de los políticos, es sólo la punta del iceberg de una serie de ventajas.
Más aún que son muchos los que creen que el capítulo relativo a los recortes a la clase política, del segundo plan de ajustes de Ejecutivo de 45.500 millones de euros para frenar la especulación financiera, será el primero que en ser sacrificado cuando las medidas lleguen al Parlamento para su aprobación definitiva.
De alguna forma lo ha dado a entender el propio Berlusconi. "Para responder a la opinión pública, hemos adoptado varios ajustes dirigidos a la clase política, quizás algunos excesivos", dijo.
Una curiosidad. En tanto, la Academia Crusca, el equivalente de la Real Academia Española para Italia, sí corre el riesgo de morir. Es lo que denunció la propia entidad, al explicar que los recortes que le impone el proyecto berlusconiano no le permitirán seguir en pie.
De no encontrarse una solución, los ángeles custodios del idioma italiano se quedarán sin trabajo tras 429 años de existencia. 

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