TÚNEZ / ¡Bienvenidos!

Túnez.- Llego a Túnez y hay nubes. ¿Será un mal presagio?

Desde arriba, la ciudad parece un hormiguero, como el resto del mundo. Pero se ven muchos círculos, esas cosas que nosotros los humanos llamamos rotondas o vías circulares.

Ayer un embajador que conozco me ha dicho que los franceses construyeron aquí ciudades feas a propósito. Sin embargo, hay, en apariencia, orden en la arquitectura.

¿Qué son esas manchas en el mar que veo desde arriba?

Ya hemos aterrizado. Los aeropuertos son todos iguales.

Túnez es un caos. Está granizando fuertísimo y el taxista nos dice que no quiere llevarnos hasta nuestra casa porque todo está embotellado.

"¿Por qué?", pregunto.

"Los tunecinos son así", me dice mi acompañante.

Al fin y al cabo, el taxista es simpático y nos deja cerca. A partir de ese momento inicia la peripecia. Mojadas decenas de personas corren debajo de la lluvia con enormes paquetes en las manos.

"Son las compras del fin del Ramadan. Los niños, en particular, reciben regalos mañana. Es como en navidad", agrega mi acompañante mientras esquiva los pozos de agua que se han creado en las veredas saltando en medio de la calle.