VATICANO / El santo cajero en latín y sin recibos
CIUDAD DEL VATICANO. - La lente fotográfica no miente. Y no, no se trata de una imagen recuerdo de una postal para turistas. Es la fotografía de la pantalla de un cajero instalado dentro de El Vaticano del Instituto de Obras Religiosas (IOR), un semisecreto instituto bancario también llamado Banco Vaticano, en el que sólo pueden tener cuentas obispos, cardenales, órdenes religiosas y toda persona que trabaje en la Santa Sede. Pero, hasta aquí, nada extraño.
Si no fuese por un detalle (si observan más detenidamente lo notarán) que complacerá a los amantes de la Iglesia más anclada en las tradiciones y fiel a sus entresijos.
Además del italiano y de los demás idiomas de uso común dentro de El Vaticano (inglés, francés, el español y el alemán), también el usuario puede elegir el latín, idioma oficial de la Santa Sede y que el Papa Benedicto XVI ha relanzado en estos últimos años.
Así como se puede ver en la imagen, la primera pantalla reza: "Inserito scidulam quaeso ut faciundam cognoscas rationem", es decir, "Introduce la tarjeta para conocer mejor lo que quieres hacer".
De igual forma, las siguientes opciones se parecen a las de un cajero común. En latín. Si uno decide aceptar, el cajero pregunta que es lo que el cliente quiere hacer: "Deductio ex pecunia (sacar dinero)", "Rationum aexequatio (conocer el saldo)", "Negotium argentarium (lista de los movimientos efectuados)".
Luego, llega el momento de retirar la tarjeta (cuya particularidad es que no lleva escrito el nombre y ni figura la foto de su poseedor) y entonces la máquina automática afirma: "Retrahe scidulam depositam".
La discreción de El Vaticano se hace evidente en este último paso, pues el aparato no entrega ningún recibo.
De igual forma, tampoco se pueden depositar cheques, pues el IOR no los emite, de acuerdo con un secretismo vaticano que en los años ha alimentado muchas especulaciones sobre la actuación de esa institución.
No tan lejanas son, por ejemplo, las historias de vaticanistas y 'gulas profundas' de El Vaticano que cuentan que, acorralado por los acreedores tras la bancarrota del IOR en los años 80, el entonces Papa Juan Pablo II hizo traer la lista de todos los clientes de su banco.
Al ver que había varias órdenes religiosas que poseían cuentas millonarias en el IOR, el Papa Juan Pablo II, dicen esas mismas fuentes, les ordenó contribuir pecuniariamente al percance económico.
Sin embargo, esta última es sólo una de las tantas historias que rondan el Banco del Papa, una institución fundada en los años 40 del siglo pasado con el fin de permitir a El Vaticano operar en autonomía, y que hoy es administrada por el italiano Ettore Gotti Tedeschi, ex directivo del banco español Santander en Italia.
Además del italiano y de los demás idiomas de uso común dentro de El Vaticano (inglés, francés, el español y el alemán), también el usuario puede elegir el latín, idioma oficial de la Santa Sede y que el Papa Benedicto XVI ha relanzado en estos últimos años.
Así como se puede ver en la imagen, la primera pantalla reza: "Inserito scidulam quaeso ut faciundam cognoscas rationem", es decir, "Introduce la tarjeta para conocer mejor lo que quieres hacer".
De igual forma, las siguientes opciones se parecen a las de un cajero común. En latín. Si uno decide aceptar, el cajero pregunta que es lo que el cliente quiere hacer: "Deductio ex pecunia (sacar dinero)", "Rationum aexequatio (conocer el saldo)", "Negotium argentarium (lista de los movimientos efectuados)".
Luego, llega el momento de retirar la tarjeta (cuya particularidad es que no lleva escrito el nombre y ni figura la foto de su poseedor) y entonces la máquina automática afirma: "Retrahe scidulam depositam".
La discreción de El Vaticano se hace evidente en este último paso, pues el aparato no entrega ningún recibo.
De igual forma, tampoco se pueden depositar cheques, pues el IOR no los emite, de acuerdo con un secretismo vaticano que en los años ha alimentado muchas especulaciones sobre la actuación de esa institución.
No tan lejanas son, por ejemplo, las historias de vaticanistas y 'gulas profundas' de El Vaticano que cuentan que, acorralado por los acreedores tras la bancarrota del IOR en los años 80, el entonces Papa Juan Pablo II hizo traer la lista de todos los clientes de su banco.
Al ver que había varias órdenes religiosas que poseían cuentas millonarias en el IOR, el Papa Juan Pablo II, dicen esas mismas fuentes, les ordenó contribuir pecuniariamente al percance económico.
Sin embargo, esta última es sólo una de las tantas historias que rondan el Banco del Papa, una institución fundada en los años 40 del siglo pasado con el fin de permitir a El Vaticano operar en autonomía, y que hoy es administrada por el italiano Ettore Gotti Tedeschi, ex directivo del banco español Santander en Italia.
molto interessante! Questa giornalista è proprio brava!
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