Las cucarachas proteínicas y las medusas rejuvenecedoras

Tan silencioso es a veces el lenguaje de los científicos que el mundo ni se entera de lo novedoso que encierran ciertas parafernalias. Así con la última de la FAO (la organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación) que, el pasado jueves, en una breve nota oficial le comunicó al mundo que las medusas, además de ser una plaga que asesina a los peces de los mares,... nos rejuvenecen.

Recitaba el comunicado —en una partecita, casi al final de todo—, que las medusas habrían de ser usadas para:


Esto porque se ha descubierto:

Una "medusa inmortal", la Turritopsis nutricula, capaz de revertir su proceso de envejecimiento.

Una gran novedad científica, se diría. Más aún por la fuente que la divulgó, la FAO —órgano que acumula toda la información mundial sobre el sector—, que pocas semanas antes había dado una información igual de llamativa. Una... sobre insectos comestibles. 


Y, detallando una serie de ventajas, agregaba la FAO que criar y consumir insectos contribuye a evitar fenómenos como la sobreexplotación forestal, la masiva producción de desechos y genera empleos e ingresos en efectivo, ya que además:

Debido a que son de sangre fría, los insectos no utilizan energía alimentaria para mantener la temperatura corporal y (...) producen una reducida cantidad de emisiones como metano, amoníaco, gases de efecto invernadero –que originan el calentamiento climático- y de estiércol, todo lo cual contamina al medio ambiente.

Ahora bien, ¿quién comería insectos? Ya hay gente. Según FAO, al menos 2.000 millones de personas en el mundo lo hacen. Yo no. Pero tengo justificación: soy vegetariana.

En épocas de crisis —no sólo la económica—: originalidad. Es la palabra que se me ocurre y que, al parecer, un rasgo que también tienen los anteojudos.

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