Cool Alexis Tsipras




ATENAS. - Suscita las más tremendas pasiones entre sus seguidores, que lo llaman Cool Alexis, pero también los odios más intensos entre sus detractores, que le achacan la parálisis política en la que está Grecia. Él nunca levanta la voz más de lo debido y no es de intercalar anécdotas en sus exposiciones, aunque sí hace pausas para los aplausos, sonríe y no esconde su pasión por Fidel Castro y Ernesto 'Che' Guevara.
Con apenas 37 años, Alexis Tsipras, el presidente de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), es uno de los líderes políticos más jóvenes de Grecia y de los países de la Unión Europea (UE), institución que no lo ve con buenos ojos por su escasa cercanía con el establishment financiero y porque, hasta ahora, no ha sido llamado a tomar decisiones de interés nacional. 
Pero, sobre todo, la UE censura su oposición a integrar una coalición que acepte las medidas de austeridad, más aún que, de acuerdo con los últimos sondeos, podría obtener hasta el 27 por ciento de los votos si se celebrasen nuevas elecciones, convirtiendo su partido en el más votado del país.
"Es joven, apuesto y moderado, pero también tiene carisma y determinación. Él nos puede ayudar a negociar con la UE", explica el taxista Kostantinos Moissidis, mientras oye a su líder hablar en una plaza pública de un barrio de clase media de la periferia de Atenas, Nikeas.


Graduado en la escuela de su barrio, Ambelokipi, donde también fue líder del movimiento juvenil del Partido Comunista de Grecia (KKE), Tsipras estudió Ingenieria en la Universidad Técnica Nacional de Atenas (NTUA), de la cual se licenció en el año 2000.
Aunque, para ese entonces, ya se había convertido en un líder de los movimientos estudiantiles, protagonizando numerosas manifestaciones contra el neoliberismo y la globalización.
Su entrada en el escenario político de alto nivel, sin embargo, se produjo en 2006 cuando en las elecciones municipales de Atenas resultó elegido como consejero con el 11 por ciento de los votos, uno de los mejores resultados conseguidos hasta ese entonces por Syriza.
En 2008, lo nombraron líder de Synaspismos, el partido mayoritario de Syriza y de tendencia eurocomunista, tras que el anterior presidente del partido, el economista Alekos Alavanos (Atenas, 1950), se retirara de la vida pública por razones privadas y que su rival, Fotis Kouvelis, resultase derrotado por un margen muy amplio.
Un año después ya ocupaba el cargo de jefe de Syriza, formación integrada por 16 partidos políticos, también integrada por maoístas y trotskistas y que desde tiempo se quiere transformar en un partido único para poder gozar del premio de 50 parlamentarios previsto por la ley electoral.
"Lo que estamos haciendo aquí es una revolución. El problema es que estamos solos y por eso la Unión Europea es tan agresiva con Grecia. Si hubiera una unión entre los otros partidos de izquierda de Grecia y una unión entre los países del sur de Europa, no sería así", dice Dimitris Delonis, un policía que, además de ser el guardespaldas de Tsipras, es uno de sus principales aficionados.
"Pero no nos plegaremos", añade, mientras su líder, vestido con jeans y una camisa informal, continúa hablando tres horas después del inicio del acto.
Entre sus ideas para Grecia, que resumió en una carta enviada a la Unión Europea el pasado 8 de mayo, está la cancelación de las medidas del memorando firmado entre Grecia y la UE para el segundo préstamo, el control estatal del sistema financiero y abolición de la inmunidad parlamentaria para los diputados griegos.
Esta, sin embargo, no es la visión de los adversarios políticos, el líder del Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok), Evangelos Venizelos, y el de los conservadores de Nueva Democracia (ND), Andonis Samaras, que lo han tachado de  "arrogante y calculador".
Y peor aún es la visión de Kouvelis, hoy el líder de Izquierda Democrática (Dimar), un partido que se escindió de Syriza por su "radicalismo".

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