SICILIA / Pastores en extinción

@ Irene Savio
Geraci Siculo, Sicilia.- En  extinción. "¿Cómo se llama esa película? ¿El último de los mohicanos? Así nosotros. Desapareceremos en 10-15 años". Carmelo Costantino, 45 años, una vida transcurrida entre ovejas y cabras en las montañas sicilianas, ironiza así sobre el destino de los antaño populares pastores trashumantes italianos.
Sentado sobre una roca bajo un sol fuerte, a unos 1.400 metros de altura en el Parque de Le Madonie, en la Sicilia septentrional, Carmelo explica que ha visto pasar generaciones de pastores que nacían, crecían y se marchaban. Todos sus primos y hasta su único hermano abandonaron el pastoreo a cambio de una profesión estable y un sueldo fijo.
"Lo que es grave es que lo que se pierde aquí no sólo es el bagaje cultural de estas figuras sino también productos de mejor calidad, como leche y quesos con menos grasas y menos colesterol", advierte Sardo.
@ Irene Savio

Entre los motivos de esta situación es que no conviene económicamente. En los Alpes italianos, por ejemplo, la leche producida en los valles se vende a 34 euros el quintal frente a los 37 euros de la producida en las montañas por los pastores trashumantes. Así el esfuerzo no vale la fatiga.
TRABAJO DURO. "Yo me despierto a las cinco de la mañana y casi nunca me voy de vacaciones pues los animales necesitan cuidados", explica Fiorentino, de 72 años, soltero y sin hijos.
El mundo del pastoreo nómade ve cómo la sociedad le hace cortes de manga. Hay alcaldías en Italia que les vetan el uso de sus tierras. Y hay problemas con los animales salvajes protegidos por ley y que asaltan a los rebaños.
En este escenario, las consecuencias son evidentes. "Si mis hijos querrán, podrán (ser pastores). Pero yo les desaconsejo esta profesión", agrega Carmelo, quien a pesar de poseer unos 700 animales y un negocio en el cual trabaja su familia y su padre (de 72 años), explica que hay meses en los cuales tiene dificultades para llegar a fin de mes.
En un mundo cada vez más competitivo y de mercados que dictan las reglas del juego, el malestar de Carmelo (de 45 años, tez blanquísima y pelo rojizo) se refleja también en las cifras. 
Según datos de la asociación ecogastronómica Slow Food, el pastor trashumante es un personaje en vías de extinción en tiempos breves: su número ha disminuido en Italia del 90 por ciento en los últimos 30 años, y del 50 por ciento en los últimos 10 años.
"¡En la práctica ya no existen! Los que practican la transhumancia, es decir que transportan su ganado a pie por kilómetros y kilómetros, son hoy muy pocos. Unos 100-150 en todo el país", indica Piero Sardo, responsable de biodiversidad de Slow Food.
 UNA TRADICIÓN EN VÍAS DE EXTINCIÓN. "En los últimos 4-5 años, nuestros ingresos se han reducido del 50 por ciento", añade Carmelo que tiene cuatro generaciones de pastores trashumantes en la sangre.
Sin embargo, en el telón de fondo, el fenómeno también esconde a otro. "La tendencia hoy es que a que sean cada vez menos numerosos los individuos que se dedican a criar pequeños rebaños y más alto el número de animales que poseen las empresas más grandes", dice Salvatore Murru, presidente de la Asociación de Ganaderos de Italia.
Según sus datos, de hecho, no sólo los pastores trashumantes están en vías de extinción en Italia, también están malviviendo las pequeñas empresas que se dedican al pastoreo.
La prueba está en los datos. Hace 10 años había en Italia 95 mil criaderos de ovejas, 15 mil más que los que hay en la actualidad.

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